jue. Oct 5th, 2023

La música es esa luz después del dolor

Entrevista a Laura Acero, voz líder del grupo La Fanfarsa

Escrito por: Juan David Rincón || judarhu_correo@hotmail.com
Fotografía por: Angélica González || circe2310@gmail.com

Entrevista a Laura Acero, voz líder del grupo La Fanfarsa

Sumergidos en el mundo de la psicodelia, un grupo de amigos una noche monta un manifiesto donde se habla del arte como la gran y única esperanza de salvar la humanidad. El arte es el camino. En ese momento deciden escribir ese manifiesto donde dicen qué es la Fanfarsa y qué no es la Fanfarsa. “Esto es un camino a través del arte para liberar las conciencias, no hay otra manera… la injusticia social sólo se enfrenta a través del arte… nos vamos a parar en cuanto plantón haya. Algo más o menos así, era el cuento”. Esto cuenta Laura Acero, vocalista del grupo La Fanfarsa.

Estamos en la sala de su casa en la que se percibe un ambiente semejante al de la música de La Fanfarsa: de libertad y tranquilidad. Aquí se respira un aire distinto al que hay detrás de las paredes que acabamos de dejar, allá afuera en la calle. Además de Laura, nos acompaña su bebé, Daniel, que ha sido desde el principio como un integrante más del grupo, listo a contar su propia historia y quien por momentos está un poco inquieto, actitud propia de un recién nacido (apenas unas semanas). Pero luego, Daniel también se deja contagiar de las sensaciones circundantes y un gesto de felicidad se enmarca en su rostro hasta que a él le llega el sueño y a los demás… las palabras.

¿De dónde sale el nombre del grupo?
El nombre se le ocurrió a dos de los integrantes iníciales del grupo, pero en realidad antes nos llamábamos La Fanfarria y lo que se pretendía era ser una horda bien típica de músicos en comparsa y mucho teatro. Pero sucede que las fanfarrias son un término muy común. Debido a que nuestro trabajo está muy ligado al teatro nos gustó más irnos por el lado de farsa, por las farsas trágicas o cómicas. “Dejémoslo mejor como Fanfarsa”, propuso alguien del grupo y todos aceptamos. La gente nos sigue llamando Fanfarria e insistimos en que no, que nos llamamos Fanfarsa.

¿Cómo se define La Fanfarsa como proyecto musical?
Siempre hemos querido que el espectáculo musical sea algo muy performántico y que se note mucho el asunto del teatro. Pero por encima de eso nuestros intereses musicales eran bien fuertes, entonces dijimos “Ya nos ponemos pilas y sacamos adelante una banda bien armada”. Por el 2013 éramos algo así como una banda de punk muy desordenados, con unas amplificaciones pésimas y por ese punto llegamos a ser como doce integrantes, entre chelo, bajo, acordeón, guitarra, cuatro, dos violines, batería, darbuka, congos y bongoes. Uno puede imaginarse el desorden de gente. Pero como proyecto nos pusimos las pilas y ahora somos unos siete integrantes mucho mas organizados.

¿Cuál fue el propósito de montar La Fanfarsa?
Después del tema del manifiesto, cuando a los chicos del grupo se les bajaron las energías empezaron a llamar gente con ideas del tipo “vamos a hacer una marcha de disfraces… porque sí” Entonces se iban desde el teatro Acto Latino hasta la Nacho. Era la irreverencia pura, todo muy estrafalario. Nos metíamos a locales comerciales, así disfrazados y todo: uno se burlaba de Daddy Yanquee, pero entonces era el Dandy Junkie, otro era un bebé en pañales… Todo eso del performance y las intervenciones urbanas fue uno de los pilares fundamentales del grupo. Ahora estamos más armonizados y la parte musical se ha vuelto otra cosa, nos enfocamos mucho más en eso, así nació la banda. Pero en eso de hacer mucho performance, para sentar nuestro punto de vista, ya no somos tan voltajudos.

¿En qué ritmos se mueven?
Tenemos un enfoque en música popular del Pacífico colombiano, en especial currulaos. Hay algo de fusión latinoamericana. Cuando nos preguntan ¿esto qué es? en cuanto a género, decimos que somos algo así como rock fusión latinoamericano.
Cada integrante del grupo se ha pegado su viajecito largo por diversas partes y eso ha hecho que el grupo se alimente de esos viajes, de enfoques y ritmos. Así se empezó a integrar y fusionar el repertorio con lambadas, sones jarochos y hasta hip-hop.

¿Cómo influyó la maternidad en las mujeres del grupo y en el grupo mismo?
Esta etapa ha sido espectacular, en el grupo se notó mucho. Primero está esta onda de lo masculino y lo femenino. Todos los hombres de la Fanfarsa se dulcificaron, se hicieron más delicados con las mujeres del grupo, ambas estábamos embarazadas. Empezamos a experimentar cantarles a los niños en el vientre y a pensarlos como miembros del grupo. Además las dos formábamos la pareja, Malú esperaba una niña y yo un niño. Estas eran dos energías importantes y entonces teníamos que tocar con ellos. Ella tocaba la darbuka y yo la jarana, así que ellos se estimulaban bastante. Además estaba la preparación para el parto y ambas decidimos tenerlos por partos naturales en nuestras casas. Así que estar en el grupo sirvió como preparación para el dolor, eso influyó mucho en las canciones. Eso se resume en Coca y Tabaco: dolor, dolor, dolor y luego la luz.

¿Qué es Coca y Tabaco?
Coca y Tabaco es nuestro último montaje. Partimos de la creencia indígena de lo masculino y lo femenino como energías que dan equilibrio al universo y nos inspiramos en una poema de Anastacia Candre que se titula “Jibina-Diona”, coca y tabaco en lengua uitoto. Las dos chicas del grupo estábamos embarazadas e interesadas en el entendimiento de esta filosofía ancestral de ver estas fuerzas opuestas como fuerzas que han de encontrarse. Así que pensamos crear un montaje, fusionando la música y estas reflexiones con esta etapa tan importante para nosotras, por lo que también añadimos música del Pacífico y canciones de cuna (una de las más importantes era Parió la luna). Por lo tanto, todo este trabajo nos sirvió como preparación para el parto. Todo eso era resultado de las cosas en las que pensábamos, en las que creíamos y de volver canción eso que hablábamos entre nosotros.

Coca, palabra agradable de consejo
Tabaco, palabra suave y de fertilidad
Ustedes dos, tabaco y coca
Un solo corazón
Un solo cuerpo
Jibina-Diona (Coca y Tabaco).
Anastacia Candre, poeta colombiana.


¿Cuál es la casa de la Fanfarsa?
Se puede decir que la casa de la Fanfarsa ha sido el teatro Acto Latino. En este lugar hemos trabajado algunos de nosotros o hemos estado en el taller de formación de actores. Allá es donde hemos hecho lo nuestro, por ejemplo, en diciembre siempre hacemos un montaje para ese teatro. También en 2012, nos dijeron que necesitaban unos músicos para el evento Lectura bajo los árboles, para atraer a la gente y todo eso. Entonces La Fanfarsa empezó a ser como los músicos de Lectura bajo los árboles hasta el momento.

¿De dónde salen las letras de las canciones? ¿Quién las escribe?
Uno de los chicos que más ha compuesto para la Fanfarsa es Mateo nuestro cantautor. Él tiene su proyecto en solitario, pero antes de eso le escribió varias canciones al grupo. Lo que más nos interesaba por encima de las letras, era explorar ritmos. Ahorita está muy de moda lo que es la cumbia, con casos como Bomba Stéreo. Mucho de lo que oímos es cumbia y nosotros dijimos “pues hagamos algo con currulaos o porros chocoanos”. En cuanto a letras de autor, se han tocados composiciones de varios miembros del grupo, pero la canción debe estar muy bien hecha para explicarla al resto, porque somos empíricos. Entonces La Fanfarsa convierte eso en una cosa propia, así que tiene que haber espacio para que cada uno sepa dónde meterle o dónde experimentar con la canción. Las canciones actuales como Hoy es noche o Sie (agua en lengua muisca), son de los antropólogos del grupo y están ligadas a la tierra, a la sanación. Sie es una balada basada en el pensamiento muisca. Las otras son canciones son musicalizaciones de la poesía, otras muchas son de la tradición popular colombiana.

Cada presentación de grupo es una simbiosis de palabra con otros lenguajes (palabra, luces) ¿Cómo hacer que todo sea armónico?
En una ocasión nos juntamos con un grupo llamado Juegos translúcidos, hace como dos años. Estábamos en algo llamado Construyendo imaginarios, algo que se hizo en el barrio Belén. Hay casi no hubo conexión entre lo que queríamos y lo que se hizo. Pero con Coca y Tabaco les contamos toda la idea de concebir el montaje como el paso de la noche al amanecer. La noche es como la preparación, la fiesta, todo eso y el amanecer es la culminación del rito donde se canta por lo que logramos. Coca y Tabaco era una metáfora de la preparación al parto, las angustias, todo eso y la toma de yagé al cuando llega al amanecer. Todo cambia y vuelve la esperanza. Así que con todo eso montamos un show con acetatos, proyectores y luces. Todo fue muy manual y ellos prepararon los acetatos específicamente para el espectáculo. Ahí si hubo simbiosis total.

Antenoche y anoche
parió la luna,
veinticinco luceros
y una estrellita y una estrellita

Parió la luna.
Canto tradicional del Pacifico Colombiano

¿Qué sensaciones se generan en tarima cuando la Fanfarsa se presenta?
La conexión es muy importante. Cuando uno no está conectado con el grupo se pueden ver las tensiones. Entonces uno se pregunta ¿Qué pasa qué este músico no me sigue? Pero cuando se da esa unión entre los miembros lo que sigue es como el espíritu de la fiesta, es lo que La Fanfarsa siempre busca: que se resucite el espíritu de las fiestas populares hechas como antes. Por lo general, siempre nos ponen de últimas cuando nos presentamos junto con otros grupos porque al final es cuando todo el mundo quiere bailar. Nuestro espectáculo es el baile.

¿De dónde sale la denominación de “puro vacile inclusivo”?
Ese es como nuestro lema. Somos como una mezcla de fiesta, banda y parche de amigos. Junto a eso tenemos otras bandas amigas como Tatequieto¸ Citadino latino o La Charanga. Carlos Jarava, de La Charanga¸ es cartagenero y un pregonero de la champeta con su “puro vacile exclusivo”. Nosotros lo transformamos hacía lo inclusivo y lo hicimos muy nuestro.

Leía en internet lo siguiente: La Fanfarsa en pleno se encuentra, ¿no estará usted en ella? Si no viene, no podrá saberlo, y quizá la vida se le pase, buscándola. ¿Cómo se llega a la Fanfarsa?
Bailando. Antes de nuestro lema del vacile inclusivo, teníamos otro “somos la borda de la Fanfarsa” que representaba un grupo de gente que se puede enloquecer, de hecho estábamos un poco locos, sin graduarnos, sin hijos. Era como el espíritu de la psicodelia. Pero ahora es el sentido de la comunidad, de recuperar el sentido de la fiesta, de cantar con la gente y así las tradiciones se hacen más fuertes.

¿Qué provecho se puede obtener de herramientas como Youtube o Soundcloud?
El provecho es total, porque además cada vez es más fácil producir, cada vez se cuentan con más equipos, mucha más gente sabe usarlos, todos ponemos tener nuestra camarita o una buena grabadora y de ahí salen las cosas. Ahora Youtube es como la herramienta mágica. Para convocatorias y todo eso, ahora se echa mano de enlaces en internet. También para conectarnos con otros lados. Todos nos hemos echado nuestros viajes largos y si usted se va de viaje internet es una herramienta muy buena para difundir lo que hacemos en el grupo.

¿Hay formas de hablar de la ciudad a través del trabajo musical del grupo?
Nuestra idea es ver la ciudad como el campo, volverla menos hosca, menos hostil. Algunos miembros anteriores, tenían muchas canciones contestatarias, era una Fanfarsa bien punkera, estrafalaria. Llegar a rayar el parche era el mensaje. Era una perspectiva de ciudad totalmente diferente. Ahora el grupo llega a armonizar. Se trata de recuperar la ciudad, de preguntarnos qué pasaría si volviéramos a celebrar la vida conectándonos con la naturaleza. De punkeros, nos hemos vueltos más hippies.

¿Hacia dónde va la Fanfarsa?
No sé que nos depare este año. Cada año es distinto para el grupo. Por las personas, los procesos, los viajes (uno de nosotros está ahorita en Ecuador, las chicas con hijos). Vamos a ver cómo nos va. Lo que espero, es que haya mucha más proyección, hemos hecho un buen trabajo preparándonos. Cada integrante pasa a ser un hermano, somos familia. Este es el año de sacar, es el año de la cosecha, de muchas canciones nuevas para montar, de tocar un montaron y empezar a ver los frutos de todos estos años.

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